18 abril, 2010

Mauricio … ¿1 + 1 = 3? - Análisis de la gestión educativa en la CABA

Como hemos comentado en otros post, la relación entre el macrismo y la educación no han sido para nada agradable. Desde los paros docentes, las escuchas telefónicas dirigidas dentro del ministerio de educación, la consecuente renuncia del ministro Narodowski, la designación y pronta retirada de Abel Posse, y la entrada de una entera camada de egresados de la UCA, lugar de egreso del actual Jefe de Gobierno Porteño Mauricio Macri, con estrechos vínculos a represores de la dictadura y al episcopado como Antonio Bussi.
Pero en este caso queremos enfocar la mirada en otro aspecto, que no es para nada ajeno a todo lo anterior. Queremos evaluar la tan famosa gestión de Macri, en particular en el área de educación. Para ello haremos una revisión de la situación general de la educación pública en la Ciudad de Buenos Aires, en términos de estructura y financiamiento.
La Ciudad de Buenos Aires, en materia educativa, tiene un gran déficit edilicio, esto se traduce a una enorme diferencia entre las vacantes demandadas por la ciudadanía y lo que la ciudad oferta (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-122051-2009-03-25.html). Es común escuchar que la parte sur de la CABA es siempre discriminada en lo que compete a los servicios públicos. En el eje educativo, esto tiene una fuerte relación en tanto que es la zona de mayor ratio cantidad de alumnos/cantidad de establecimientos:
Gráfico 1: Indicador Alumnos por unidad educativa (2005)

Elaboración propia en base a los datos de la Dirección de Investigación y Estadística. GCBA
En este cuadro vemos la enorme diferencia que existe entre la zona sur de la CABA y el resto (ver Mapa de Distritos Escolares y Barrios). Citando el caso más crudo, el distrito 21, que comprende los barrios de Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo, el promedio de alumnos de nivel primario duplica al promedio general de la ciudad (664 vs. 332). En el caso de los alumnos de nivel medio la situación se acentúa, ya que el promedio de los alumnos por U.E. (pública y privada) es de 396, pero el promedio en la U.E. de gestión estatal es de 717.
Claramente la forma de resolver este problema es a través de la creación de nuevos establecimientos en las áreas donde más se demandan ¿cuáles son estos? El gobierno de la ciudad no brinda ningún dato sobre la demanda puntual de vacantes, esto puede ser porque no tienen interés de divulgarlo o porque, lisa y llanamente, no tienen datos. Sobre esto existen informes brindados por ONG’s de distinto tipo. El informe más concreto es el de ACIJ donde aparecen datos sobre las diferencias entre las vacantes demandas contra las que la Ciudad asegura.
Pero dado que la mayoría coincide en que la forma de resolver esto es a través de nuevos edificios educativos, veamos cuánto dinero ha destinado el GCBA a ese propósito en los últimos dos años:
En el presupuesto 2009 se asignó a Educación un total de $4.518.170.379, siendo $4.191.855.901 destinado a los gastos corrientes y $326.314.478 en materia de inversión, es decir: menos de un 8% del presupuesto total se dirige al mantenimiento y creación de nuevas escuelas. Pero sigamos mirando un poco más de cerca el asunto, ya que hasta aquí tenemos la asignación inicial, por lo que debiéramos ver es si de ello se ejecutó todo lo planeado. Para el 4to trimestre del año 2009 se ejecutó un total de $123.092.514, es decir un 37,72%. Para el año 2010 se aprobó el presupuesto presentado por el Ejecutivo que asigna $177.216.817 en materia de inversión en educación, una baja nominal del 45% y una real del 50%(1).
La única conclusión que puede sacarse de estos números es que la gestión de Mauricio Macri no solo no quiere resolver el problema educacional, sino que pareciera querer empeorarlo.
Hasta aquí uno puede pensar que a la gestión actual no le importa en lo más mínimo la educación, sin embargo a la gestión le queda un as bajo la manga o, mejor dicho, dentro de la billetera. Existe una partida, dentro de la cartera de educación, que ha venido aumentando año tras año: Transferencias a Escuelas de Dominio Privado.



En este gráfico podemos observar la relación inversamente proporcional que existe entre los subsidios que da el GCBA a los colegios privados y el dinero que destina a la creación de nuevos establecimientos.
Lo primero que uno debiera preguntarse es: ¿por qué motivo el Estado debe financiar el gasto de escuelas privadas? Para esto conviene revisar el texto del decreto Nº 2542/91, donde vemos, en su considerando, lo siguiente:
“Que la nueva normativa debe contribuir a garantizar el derecho de aprender y consecuentemente de elegir escuela, en ejercicio de la libertad de enseñanza, según lo establece la Constitución Nacional.
Que corresponde asegurar a todos los habitantes la igualdad de oportunidades para acceder a la educación mediante un sistema de financiamiento de la educación pública de gestión privada, que prevea la aplicación equitativa, racional y eficiente de los recursos de Estado.”
Es decir, los subsidios debieran destinarse a los sectores de la CABA donde existen déficits altos a la hora de garantizar el acceso de los chicos a un aula. Veamos entonces cómo se distribuyen los subsidios, agrupando los distritos escolares que están por encima y por debajo del promedio según los datos del Gráfico 1:


Elaboración propia en base a los datos de la Dirección General de Educación Privada. GCBA.
Este cuadro pone en evidencia que no existe ninguna política distributiva que intente resolver la garantía efectiva del acceso a la educación. En el caso del nivel primario la distribución es casi igual y en el caso del nivel secundario hay más dinero para las zonas con menor cantidad de alumnos por U.E. que el promedio de la CABA.
Si efectivamente los subsidios a los colegios privados son un mecanismo de igualación de oportunidades, el macrismo no ha entendido absolutamente nada. Pero hay un dato curioso: según la constitución nacional, el Estado debe garantizar la educación pública, gratuita y laica. Cuando uno observa la cantidad de escuelas privadas financiadas por el GCBA va a encontrarse con una enorme cantidad de colegios católicos que, en su mayoría, cobran cuotas irrisoriamente inaccesibles para la gente que debe mandar a sus chicos al colegio. Tomemos el caso puntual del colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, colegio católico emblema del barrio de Belgrano, que cobra una cuota promedio de $1.200, tiene un nivel de aporte, los cuales se destinan exclusivamente al pago de sueldos docentes, del 40% (más de $310.000) en concepto de subsidios. Este colegio está ubicado en el D.E. Nº 9 donde tanto la cantidad de alumnos del nivel primario (249 por U.E.) como del secundario (266 por U.E.) se encuentra por debajo del promedio (292 y 396 respectivamente).
De lo visto hasta ahora podemos sacar la evidente conclusión de que la educación pública no tiene lugar en la agenda del macrismo y que los únicos beneficiarios de su gestión son los colegios privados, católicos en su mayoría, que ven crecer año a año sus ingresos en concepto de subsidios.
Síntesis del diagnóstico:
  • Falta de vacantes en la CABA.
  • Hacinamiento en la mayoría de la aulas de la zona sur de la ciudad.
  • Caída abrupta en la inversión en nuevos edificios educativos.
  • Alta subejecución en materia de inversión educativa.
  • Inexistencia de política distributiva a través de subsidios destinados a garantizar el acceso de los chicos a las escuelas.
  • Excesivo crecimiento de subsidios a colegios privados.

Nuestra propuesta:
Para resolver el problema de las vacantes, obviamente, hay que crear nuevos edificios, pero mientras tanto ¿qué hacemos con los subsidios?
Opción I:
En primer término podrían reasignarse de forma tal que, en las zonas que realmente tienen problemas serios de infraestructura y vacantes, se pueda asegurar el ingreso de todos los chicos al colegio, es decir, virar los recursos a las zonas más afectadas quitándolos de las que menos problemas tienen. A su vez, se debe crear un fondo de inversión en materia educativa que esté destinado específicamente a la creación de nuevos establecimientos. De esta forma el Estado podrá asegurar mayor cantidad de matrículas año a año y, progresivamente, ir quitando subsidios a colegios privados de la zona, ya que ahora el Estado puede garantizar mayor cantidad de ingresantes. En otras palabras, la solución sería invertir la relación del Cuadro 2, y lograr que, año tras año, la partida de subsidios vaya disminuyendo a la par que aumenta la de inversión. De esa forma, los considerandos del decreto quedarán sin sustento y no habrá necesidad de destinar recursos en concepto de subsidios y el dinero que hacia allí se destinaba, podrá ser utilizado, tanto en materia de remuneraciones como materia edilicia, para el mantenimiento de los nuevos colegios públicos.
Opción II:
Pero dado que la obligación por parte del Estado, de garantizar la educación pública, gratuita y laica, es con los chicos y no con los colegios privados ¿por qué los subsidios van a los colegios y no a las familias? ¿cómo lograríamos que los subsidios lleguen directamente a la familias? Para resolver ese problema se podría implementar un sistema centralizado de inscripción a través de Internet, CGP o Comunas donde se puedan anotar los chicos, durante un determinado período de tiempo, estableciendo preferencias de colegios y zonas. Una vez finalizado el período de inscripción se determinará, mediante un criterio específico, qué chico irá a qué colegio, tratando de respetar las preferencias de cada familia. En caso de que ello no se logre, se brindaran otras opciones, dentro del propio distrito escolar, donde puedan enviar a sus hijos. Si el colegio elegido queda lejos se le deberá brindar un subsidio a la familia, en concepto de viáticos, para poder garantizar el acceso al establecimiento. En caso de que no haya más establecimientos públicos en la zona se deberá brindar un subsidio, en caso de que lo necesite, a la familia, para que pueda inscribir a su hijo en un colegio privado. De esta forma evitamos que el dinero vaya a las instituciones, con las cuales el Estado no tiene ningún tipo de compromiso, y se redirija a las familias. Esto requerirá de un seguimiento mensual de cada estudiante para garantizar que cada uno de ellos esté yendo al colegio, misma condición del Ingreso Universal por Hijo. De esta forma centralizada se evitaría una doble asignación y generaría una información mucho más potente para poder hacer el seguimiento de la eficiencia del plan en cuestión. A su vez, un análisis sobre las preferencias por determinados colegios podrá dar un indicio del nivel de cada uno de ellos (no es novedad el hecho de que existen colegios públicos con distintos niveles académicos) y del por qué en cada caso. A la postre el Estado tendrá las suficientes vacantes, en cantidad y calidad, para poder cubrir la demanda de toda la ciudadanía.

Nota al pie 1: Tal como lo hicimos en el post sobre el Presupuesto 2010 propuesto por el GCBA, tomamos la inflación en un 9%, dato extraído de los considerandos del proyecto de ley presupuestaria: “Por ello, dado el tipo de cambio promedio estimado en el Presupuesto Nacional y la expansión moderada del consumo esperada, la tasa de inflación debería estar dentro del rango de un dígito de crecimiento.” Al parecer, a veces conviene ser un poco oficialista y defender la intervención en el INDEC.

Continuar leyendo...