31 marzo, 2009

Taller sobre el Documento de Discusión 1.

En el marco de la Escuela de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires, lanzamos un taller sobre la renta de la tierra y la política económica en Argentina.

Nuestro interés reside, principalmente, en entender las características propias de la producción agropecuaria y su vinculación con la renta de la tierra. En segundo lugar, y sobre esa base, entender el conflicto desatado por la resolución 125 y su rol en la coyuntura argentina. Por último, señalar los límites que presentan las retenciones para lograr los objetivos que se le reconocen y discutir cuáles son los instrumentos más propicios para la apropiación de renta por parte del Estado y cuál debería ser su destino.
Dictado: Lunes de abril, de 19 a 21 hrs.
Punto de encuentro: Instituto de Investigaciones Económicas (1º Piso de la Sede Córdoba de la FCE - UBA).

Programa:
Lunes 06/04: ¿Qué es la renta de la tierra? Desarrollo conceptual en Ricardo y Marx
Lunes 13/04: Características de la acumulación de capital en presencia de renta de la tierra. Apropiación primaria de la renta e instrumentos estatales de captación y redistribución. El caso de las retenciones y sus efectos.
Lunes 20/04: Límites a la apropiación de renta. La resolución 125, su rol en la coyuntura argentina y sus problemas. Política económica en presencia de renta, apropiación, utilización y efectos.
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28 marzo, 2009

De medios y fines.

Con la reciente presentación del proyecto oficial (ver Clarín, La Nación, Critica de la Argentina y Pagina/12) tendiente a la reformulación de las actividades de comunicación audiovisuales, el gobierno nacional da el primer paso en una problemática sobre la que se había pronunciado en varias ocasiones, sin nunca resolverla. Esto fue creando expectativas y hoy el tema tiene amplias repercusiones.
La situación claramente amerita el debate. En primer lugar, porque la legislación existente vino a respaldar la política de censura sobre los medios de comunicación vigente durante la última dictadura militar. En segundo lugar, es necesario reglamentar las nuevas tecnologías surgidas en el medio que evidencian la obsolescencia tecnológica de la actual normativa (véase un punteo sobre la misma y una comparación con la actual).
Frente a la cuestión creemos, por un lado, que en la actualidad se torna imprescindible asegurar mecanismos democráticos de acceso a la información, así como limitar a las sociedades comerciales que utilizan tales medios para realizar sus actividades lucrativas. En este -como en tantos otros casos donde entran en conflicto las necesidades sociales con la forma empresarial de satisfacerlas- el Estado no puede más que intervenir de manera de resolver momentáneamente tal contradicción. En ese sentido, tanto la reserva de frecuencias de medios para organizaciones sin fines de lucro, como la restricción en la cantidad de frecuencias en manos de una misma sociedad, son importantes.
Por el otro lado, la relevancia de una nueva Ley de Radiodifusión claramente radica en más de una dirección, esto es, impedir no sólo que las empresas manejen la información a su interés, sino además que el gobierno de turno lo utilice en beneficio propio. Por todo esto, compartimos la necesidad de debatir e impulsar reformas, manteniéndonos expectantes respecto al resultado final en términos del texto.
Sin embargo, creemos fundamental que la instrumentación de la misma dé cuenta de los mecanismos diseñados para poder llevar a la práctica tales objetivos. Si consideramos que sostener un medio de comunicación requiere de grandes sumas de dinero, la simple reserva del espacio a diversos organismos sociales no garantiza que estos puedan hacer uso de tal derecho y menos en igualdad de condiciones con los multimedios. En este sentido, debe generarse un fondo que asegure la vigencia de tal derecho, permitiendo subsidiar a aquellos que no producen una programación que atraiga sponsors, sobre todo si consideramos que ese debería ser otro de los objetivos: la calidad en los medios. En ese sentido, podría considerarse la aplicación de un canon a las frecuencias con mayor rating, de manera de financiar a las menos populares.
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01 marzo, 2009

Alianzas frágiles III - Izquierda fragmentaria

En el marco de la reestructuración de los espacios políticos inaugurado por el resquebrajamiento del Kirchnerismo, llama la atención la posición de los diferentes espacios a la izquierda del oficialismo.
Desde armados políticos de carácter plural como Proyecto Sur hasta partidos con representación legislativa importante como el SI –ya desprendido de la Coalición Cívica-, tanto como referentes individuales del espectro -como Sabbatella-, se muestran propensos a la conformación de un bloque que intente, si no ganar las elecciones, contrapesar el importante viraje a la derecha del kirchnerismo y la movilización de las nuevas alianzas por derecha (PRO-Peronismo y Coalición Cívica). A este conjunto pueden agregarse los partidos tradicionales de izquierda que, perdidos en sus planteos y luchas históricas, lejos están de poder construir un programa común.
En este sentido, dos son los puntos que detienen las posibles confluencias, aunque pocas refieran a temas centrales de las políticas a impulsar.
El primer gran conflicto es qué ha significado y cómo analizar la experiencia kirchnerista. Los referentes de Proyecto Sur, por un lado, critican duramente su política de recursos naturales y su desatención de los problemas sociales. Estos planteos serían la versión en espejo de la defensa a ultranza del kirchnerismo, que involucra poner en la misma bolsa a la política de derechos humanos y al INDEC. Por otro lado, gente como Sabbatella plantea la necesidad de defender la apertura al debate de diversos temas que generó el kirchnerismo en sus primeros años y trabajar desde ellos para alcanzar nuevos horizontes. Frente a este conflicto, creemos que lo central es - como señaló Galasso en su debate con Proyecto Sur, y también Sabbatella- construir las propuestas y los objetivos propios de manera coherente y, en base a ellos, definir las formas de hacer política y con quién. Aún con sus miles de errores, no pensamos que el kirchnerismo sea lo mismo que Menem, por lo menos gracias a sus formas que abren camino al debate, quizá no con sus elementos más pejotisados, pero sí con el entorno.
El otro gran problema -que surge nuevamente de la inexistencia de programas y propuestas- es la lucha por los espacios al interior de la alianza y en particular a la hora de armar las “boletas”. Lo importante es que lo planteado por Hourest en los últimos días sobre el ego, vaya más allá de las palabras y se encamine hacia las construcciones.
En un contexto de crisis mundial y, en particular en nuestro país, en el marco de la creciente dependencia por parte del Kirchnerismo de los resortes típicos del peronismo tradicional (y del resentimiento social -quizá manipulado pero no por eso menos real- generado en el último año) las perspectivas de un viraje a la derecha son elevadas. Aquí se juega algo importante entonces: el papel de la izquierda, la posibilidad de expresar y potenciar una gestión de la crisis que minimice (o al menos lo intente) sus efectos y, a la vez, siente las bases de un modelo que permita avanzar con lo que el actual no ha podido (ni intentado) resolver. En ese camino, el reconocimiento de la necesidad de discutir programas (más allá de los nombres) y comenzar la construcción política desde cero, son dos de los aportes más importantes que reconocemos en la discusión política actual. Veremos ahora si la izquierda es capaz de aglutinar las voluntades que hasta ahora no logra conmover.
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