12 febrero, 2009

Calefones y termotanques para calentar la economía

Hace unos días se anunció el lanzamiento de la segunda etapa del “Plan de Renovación de Electrodomésticos” (la primera estuvo destinada sólo a las heladeras y ahora se incorporaron calefones, termotanques y lavarropas), cuyos objetivos eran básicamente dos. En primer lugar, alentar el consumo de forma de evitar la caída del producto y de los niveles de empleo; y, en segundo lugar, contribuir al ahorro de energía al reemplazar uno más viejo por uno nuevo (el plan establecía como condición la entrega de aquel).
En relación al primer objetivo, consideramos que el plan tuvo dos falencias.Por un lado, se encuentra una cuestión “práctica”: si bien el anuncio tuvo un impacto importante y la demanda de estos electrodomésticos aumentó, ni las plantas ni los vendedores poseían el stock suficiente como para satisfacer esa demanda adicional y, por ende, muchos comercios no pudieron vender nada (recordemos que en el caso de las heladeras algunos negocios comenzaron a vender electrodomésticos de origen brasilero, lo cual evidentemente no contribuye a mantener los puestos de trabajo ni el producto en Argentina.
Por el otro, y más importante aún, debemos preguntarnos en el contexto de crisis, cuál es el destino para que tales fondos maximicen el impulso de la demanda y por ende contrapesen la reducción de las exportaciones. Quizá, podría haberse pospuesto este proyecto (o, en el caso de las heladeras, por qué no se realizó antes en plena crisis energética) para financiar otros planes que aseguren ingresos a las familias que no los posean, como la ampliación del seguro de desempleo, de manera de incentivar la demanda e incluir a la población más golpeada por la crisis.

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